viernes, 28 de octubre de 2011

(20) Registro Negro

- Los días pasados no noté cambios, y eso que hasta llegué a pensar en rezar para que podamos escapar de acá. Hoy cambió todo. Alejo a la mañana tenía la vista fija en un punto imposible de ubicar, como si estuviera pensando a cientos de kilómetros de distancia. Costó sacarlo de ese estado. Cuando volvió a recuperar la razón, me sonrió con sus enormes ojos azules. Estoy segura que no se acuerda de ese trance, no es la primera vez que le pasa. Por suerte nadie del refugio se enteró.
- Al mediodía llegaron dos personas más al refugio. Les pasó algo similar, perdieron la casa y tuvieron que entregar todas sus monedas. Todavía no hablé con ellos, pero escuché todo lo que le contaban a Diego. Parece que algunos vecinos empiezan a organizarse para no tener que dejar sus casas. No me gusta nada lo que puede pasar.
- Cada vez me cae mejor Diego. Siempre está preguntando si necesitamos algo. En especial me agrada que haga sentir bien a Alejo cuando le pregunta sobre política o cosas de fútbol.
- Voy a tratar de esconder el diario, por las dudas. El problema es que no soy buena para elegir escondites. Mañana tengo pensado salir a dar una vuelta, quisiera saber si puedo averiguar algo más sobre lo que está pasando.
- Nochecita, cambio de planes o lo que sea. Ya le están quemando mucho las manos y yo no sé qué hacer. A primera hora de mañana salgo a recorrer el barrio a ver si los encuentro. Ahora quiero estar más segura que nada antes de hacer algo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario